Jaén es la provincia de
más castillos por metro cuadrado de toda Europa, hecho que se explica por su
valor estratégico. Antaño la Comarca de Mágina constituyo una importante
frontera, que se mantuvo durante unos 200 años, entre los reinos de Castilla y Granada lo que llevo
a sus conquistadores a levantar numerosas fortificaciones que permitieran la
vigilancia y su defensa.
Por ello y a pesar del estado de abandono en que se
encuentran la inmensa mayoría de estas construcciones, aun hoy en día podemos
disfrutar de la vista de numerosos castillos de defensa y torreones de
vigilancia.
Comenzamos nuestra ruta:
Huelma, donde se levanta imponente dominando la localidad el Castillo de los Duques de Alburquerque.
El actual castillo fue levantado durante el siglo XV y XVI en la parte más alta
de una extensa fortaleza musulmana, delimitada por murallas y que actualmente
se halla completamente enterrada aunque aun se pueden contemplar buena parte de
las murallas. El castillo cumple la función de
alcázar, presenta dos grandes torreones en el lado Sur y se apoya sobre
un gran peñasco en el lado Oeste que le sirve de defensa. El interior está
practicamente ocupado por un gran algibe de la época árabe. En el siglo XIX ,
durante la dominación francesa fue remodelado para albergar a una guarnición de
las tropas napoleonicas que lo incendio a su partida en 1812.
En esta localidad aparte del castillo merece
una visita la Iglesia Parroquial de la
Inmaculada, construida entre los siglos XVI y XVII es un claro exponente
del arte renacentista y manierista También tiene un aire romántico la “Plaza Nueva” que alberga los restos de
una iglesia, la del Santo, y en cuyo lateral se encuentra adosada una de las
fuentes de más solera de la población que data de 1868.
Desde Huelma nos
trasladamos hasta:
Solera,
pequeña población que creció al abrigo de un inexpugnable castillo musulmán que
cubría el paso del Jandulilla. El
castillo construido en la segunda mitad del siglo XIII ha sido parcialmente
restaurado y habilitado como mirador debido a su privilegiada situación sobre
el valle y frente al macizo de Magina.
Desde Solera nos
trasladamos a través de una estrecha carretera hasta la localidad de:
Belmez
de la Moraleda, localidad dominada por el “Torreón del Lucero” al que podemos acceder realizando una bonita
ruta de senderismo y que se desarrolla en torno al manantial de la
Moraleda, esta localidad no ha parado de
recibir visitas de parapsicólogos, ocultitas, espiritistas, periodistas y
curiosos desde el 23 de agosto de 1971 en que apareció una cara en el fogón de
la cocina de la casa de María Gómez Cámara, desde entonces hasta hoy han
aparecido y desaparecido multitud de ellas y el fenómeno sigue sin explicación.
A tres kilómetros de
Bélmez de la Moraleda se encuentra:
Belmez
constituido por un grupo de pequeñas cortijadas construidas al pie de su
castillo, se trata de un impresionante valle rodeado de montañas que le dan un
aspecto mágico a la aldea. Como guardián del valle se halla la “Torre del Sol”, antiguo torreón árabe
medio derruido al igual que el Castillo
del que solo se conserva la torre del homenaje, una torre de tres pisos
construida en el siglo XIV, y algunos restos de muros y torreones de la
fortaleza árabe.
Desde Belmez descendemos
a través de un carril asfaltado hasta la carretera A-340 para continuar nuestra
ruta hasta la localidad de:
Jodar que alberga sin lugar a dudas el más grande y mejor conservado castillo de la comarca. Este
castillo de origen musulmán tuvo una gran importancia estratégica tras su
conquista castellana por las tropas de Fernando III en el año 1229, al quedar
en primera línea frente al reino de Granada. Esto trajo consigo grandes modificaciones
en su alcazaba, a la vez que se construían dos grandes torres del Homenaje
(Vieja y Nueva), utilizadas como residencia de los antiguos señores. La Torre
Nueva ha sido restaura y alberga uno de los Centros de Interpretación del
Parque Natural. La plaza de armas también ha sido remodelada y acondicionada
como auditorio.
En Jodar también destaca la Iglesia, iniciada en el siglo XVI fué
finalizada en 1887.
Volvemos unos kilómetros
sobre nuestros pasos para adentrarnos en el valle de rio Cuadros y visitar la
localidad de:
Bedmar. El castillo
de los Señores de la Cueva se alza
sobre una gran peña en la que se labraron dos sistemas defensivos, un recinto
de murallas y el alcazarejo o zona residencial, ambos en un estado de
conservación lamentable. El cinturón de murallas es sumamente quebrado, en
zig-zag, se conservan dos de los cubos adosados a la misma, uno de planta
cuadrada y otro circular. En el interior se aprecian restos de bóvedas de medio
cañón de ladrillo y amplias dependencias interiores. La fachada principal y
puerta de entrada a la fortaleza fue reconstruida en el siglo XVI, ya que el
castillo se convirtió en residencia de los Señores de la Cueva, después de que
la villa fuera enajenada de la Orden de Santiago y pasara a ser señorío de
Alonso de la Cueva.
A tres kilómetros de esta
localidad se halla el bonito paraje del:
Nacimiento
del rio Cuadros, donde además de una esplendida zona recreativa nos encontramos
una bella Ermita y presidiendo todo el valle la Torre
de Cuadros, torre cilíndrica de casi seis metros y medio de diámetro, con
saeteras, cuyo interior se distribuía en tres pisos, los dos primeros con
techos de vigas y el último con una bóveda semiesférica sobre la que descansaba
una terraza a la que se accedía mediante una escalera de madera.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta
Bedmar y seguimos por la carretera A-324 has la vecina localidad de:
Jimena. El castillo reconvertido en palacio de los Marqueses de Camarasa
se encuentra en el interior del municipio, de origen árabe, data de 1.220 y fue
conquistado por Fernando III, el 25 de Julio de 1.234. De él solo se conserva
un fuerte torreón. Durante la Baja Edad Media este castillo jugó un importante
papel defensivo, junto a otros castillos de Sierra Mágina, frente al reino
nazarí de Granada. En el interior y en una de sus salas, hay una pintura al
fresco, de la que queda un fragmento de escena naval con barcos del Bajo
Medievo. En el año 1434 fue entregado a la Orden de Calatrava, que reformó sus
defensas y especialmente la torre del Homenaje.
Junto al castillo un
bonito arco "El Arco de la
Plaza", es una de las entradas a la plaza del Ayuntamiento, al otro
lado nos encontramos con la iglesia de Santiago el Mayor.
Desde esta localidad nos
trasladamos hasta:
Albanchez
de Mágina. El castillo de Albanchez domina y preside el pueblo, aposentado sobre
el primer risco de la Sierra de los Castillejos. A pesar de sus pequeñas
dimensiones y de sus estrecheces interiores, su arriscada posición dificulta
enormemente su acceso. De origen presumiblemente cristiano, su construcción se
hizo con argamasa y debió levantarse tardíamente, en la Baja Edad Media, a
principios del siglo XIV, como alternativa a otro castillo musulmán del que
apenas quedan restos, construido con tapial en la parte baja y más próximo al
pueblo.
El castillo estuvo ligado a la Orden de
Santiago, que creó la encomienda de Bedmar y Albanchez. Lo que de él se
conserva es su alcazarejo, hasta el que podemos llegar a través de una pequeña
ruta señalizada de unos 500m de longitud.
Continuamos la ruta, dando la vuelta al
macizo de Mágina, y pasamos por las localidades de Torres (bello pueblo serrano
del que destacan sus vistas hacia la sierra y hacia los cultivos de cerezos) y
Mancha Real (pueblo de trazado castellano). Para dirigirnos a:
Pegalajar. El castillo se encuentra en el interior de la localidad, en
tiempos de Al-Ándalus sería uno de los hins que protegía una amplia zona
de cultivos de regadío que, desde las murallas, descendía hasta el
Guadalbullón, con el tradicional sistema de puesta en cultivo musulmán en
bancales, regadas con las aguas de la Fuente Vieja o de la Reja, con un embalse
y una red de acequias e hijuelas, que aún hoy domina su paisaje. Esta fortaleza
(hins) era uno de los eslabones, que con las alcazabas de La Guardia, Cambil,
Huelma y otras, formaban la línea defensiva de la Cora de Yayyan (Jaén).
Los restos de murallas que aún
perduran, bien enmascarados entre las casas o mediante lienzos y torreones,
bien visibles en algunas calles, permiten establecer dos secuencias
arquitectónicas. Por un lado el primitivo recinto musulmán situado en la cima
de la peña y por otro, la ampliación realizada tras la conquista de esta plaza
por las tropas de Fernando III, con la construcción de un segundo recinto y el
reforzamiento del primitivo con torres circulares más resistentes al ataque de
la pólvora.
Descendemos hasta el valle del
Guadalbullón y cruzamos la autovía para llegar hasta:
La
Guardia. Durante la época de
dominación musulmana La Guardia fue capital de la Cora de Jaén, hasta el
emirato de Abd al Rahman II, pasando a denominarse Mantissa. La fortaleza de La Guardia fue de una
de los primeros baluartes que los árabes levantaron en la península ibérica, ya
que su construcción parece datar del siglo VIII. En el año 1244 fue conquistada
por Fernando III el Santo, convirtiéndola en una fuerte posición defensiva de
Jaén sobre el valle del río Guadalbullón contra las incursiones de los moros
del Reino de Granada. En 1465 fue cedida por los Reyes católicos en señorío a
don Gonzalo de Mexia, que lo reformó y convirtió en su residencia.
En esta localidad merece además la pena la visita a la Fuente de la plaza de Isabel II y a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción,
en su origen convento de los Dominicos construido en el siglo XVI por los
mejores arquitectos de la época, Andrés de Vandelvira y Francisco del Castillo.
Volvemos de nuevo hasta la autovía para
coger la salida a:
Cambil. La villa se apiña en el fondo de un valle donde confluyen
los ríos Villanueva y Oviedo para formar el rio Cambil que se abre paso entre
los cerros Engeño y Achuelo en cuyas cumbre se construyeron los castillos de
Cambil y Alhabar separados ambos por un imponente tajo labrado por el río.
En las fuentes escritas aparece citada por primera vez en el
siglo XII. En el año 1315 el infante don Pedro, tío de Alfonso XI, arrebató y
ocupó los castillos de Cambil y Alhabar a los moros. A partir de este momento
aparecerán frecuentemente citadas en el contexto de las luchas fronterizas
entre el reino nazarí y Castilla. En el año 1365 volvió a ser conquistada por
los musulmanes y tras varios ataques esporádicos, fue definitivamente conquistada
en el año 1485 por los Reyes Católicos.
La conquista de estos dos estratégicos baluartes militares
no fue empresa fácil, pues se hizo necesario el cerco formado por un ejército
de 6.000 hombres provenientes de Jaén y en el que se empleo, por primera vez en
la península, la artillería de forma masiva. La conquista de estos dos
castillos, Cambil y Alhabar, dejaba expedito el camino hacia Granada.
Tanto los castillos de Cambil como de Alhabar se hallan
totalmente arruinados conservando poco más que los sillares y algunos lienzos
de muralla.
En Cambil destaca la Iglesia de Ntra.
Sra. de la Encarnación, que conserva un magnifico retablo de Sebastián de Solís,
y dos magnificas portadas del barroco civil, la del Hospital y la Casa del
Condestable.
Continuamos la ruta ya en dirección al
punto de partida por la carretera A-324, no sin antes hacer un alto en el
paraje de:
Mata-Begid. Junto al
km.13 de esta carretera en dirección Norte sale un carril de tierra que nos
introduce en el interior del Parque Natural de Sierra Mágina a través de una
ruta señalizada, tras 2Km de olivar nos encontramos con un impresionante bosque
de encinar presidido por un esplendido castillo, el de
Mata-Begid, castillo cristiano construido a principios del siglo XIV. Actualmente
en estado de ruina, sólo quedan dos torres y el muro que las une. El muro ha
sido utilizado después como pared de un cortijo, que también está en ruinas, pero
tiene al lado una excelente era de trilla en muy buen estado de conservación.
Al otro lado de la carretera se halla la cortijada de Mata-Begid, una
bella muestra de la arquitectura romántica de finales del siglo XIX, donde la arquitectura y la vegetación forman
un conjunto plenamente integrado.